sábado, 4 de noviembre de 2006

VLAD TEPES, EL DRACULA HISTORICO (5a Parte)

En 1475 Drácula es liberado por Matthias Corvinus, y este rey expresa que ya no lo considera un traidor, sino un hombre de cualidades excepcionales, y dice que las acusaciones que se habían tenido contra él habían sido carentes de fundamento. Con ello, Drácula pasa a formar parte del ejército de Hungría para enfrentar a los otomanos.
La decisión y la convicción de Drácula para enfrentar a los otomanos era la misma que antes de ser preso, lo cual se puede ver como una comprobación de su inocencia ante los cargos que lo habían enviado a prisión.

Nuevamente, Drácula se distinguió como un gran defensor de su patria y de la religión cristiana.

Durante la prisión de Drácula en Visegrad, Radu, su hermano, había gobernado en Valaquia enfrentando a Basarab Laiota, quien también llegaba a gobernar en Valaquia. Los periodos de gobierno de uno y otro fueron turnándose, durante ese tiempo. Radu el Hermoso gobernó de 1462 al caer Drácula hasta 1473. Los siguientes 3 años serían de gobiernos de Radu y de Basarab.

Drácula trató de establecerse en Sibiu, región transilvana, pero los pobladores no lo vieron bien y no le fue posible hacerlo como el pensaba. Estuvo ahí menos de un año. El 4 de agosto de 1475 hizo su solicitud para comprar un sitio e instalarse ahí, pero no lo consiguió.

En 1476 el rey húngaro Matthias Corvinus hizo un pacto con Esteban el Grande, gobernante de Moldavia, en el cual se diseñaba un frente para sacar a los otomanos hasta más al sur del río Danubio. En ese convenio, se estipulaba y reconocía a Matthias Corvinus como rey de Hungría, a Esteban el Grande como gobernante de Moldavia, y a Drácula como gobernante de Valaquia.

Algunos aliados de Hungría reconocían la utilidad de contar con Drácula en una ofensiva contra los otomanos, pues era sabido que les infundía un gran terror, pero también era muy sabido que las crueldades de los empalamientos y de sus métodos, le habían ganado también miedo entre los europeos.
La propaganda que alguna vez se hizo de él, había sembrado una imagen obscura y desviada de Drácula.
Nadie olvidaba los bosques de empalados que levantaba para aterrar al enemigo, pero tampoco olvidaban la matanza de nobles transilvanos o húngaros que llegó a cometer para establecer su autoridad interna en Valaquia y para defender a los comerciantes valacos con su actitud proteccionista.

El 8 de diciembre de 1476, Drácula sube al trono de Valaquia por tercer ocasión y se instaló en Targoviste, asiento de la corte de Valaquia en aquel tiempo. Se quitó del trono a Basarab Laiota para que lo ocupara Drácula.

Drácula recibió apoyo del rey de Hungría, del gobernante de Moldavia, Esteban el Grande, y del jefe de las tropas de Transilvania, Esteban Báthory.

Drácula estaba en Targoviste, pero Bucarest aún estaba en manos enemigas, así que juntas las fuerzas de Moldavia, Transilvania y Valaquia, enfrentaron al enemigo, y por fin, el 16 de noviembre de 1476, Drácula gobernaba a Valaquia, libre de ocupación enemiga, y en alianza con Moldavia, Transilvania y Hungría.

Sin embargo, Drácula decidió posponer el nombramiento formal y la gran ceremonia de su acceso al trono hasta el día 26 de noviembre, ya que ese era el día en que su segundo periodo de gobierno había terminado abruptamente en 1462. De esa forma, regresar al trono en el mismo día en que lo había perdido le era muy significativo.

El gobierno de Drácula que iniciaba en noviembre 1476 duró muy poco. A principios de enero de 1477 fue asesinado. Basarab Laiota obtuvo apoyo de los otomanos para recuperar el trono de Valaquia, y el cristianismo perdió a uno de sus más grandes defensores en esa zona, vencedor de fuertes y constantes guerras ante el enemigo otomano.
La perdida fue reconocida en su tiempo por el mundo cristiano europeo, y aun al día de hoy, Drácula es honrado y reconocido en Rumania como un gran defensor de la soberanía de Valaquia y de la fe cristiana.


Las versiones de su muerte son varias, pero coinciden en tres principalmente.

La primera menciona un asesinato perpetrado por los rencorosos comerciantes de Transilvania, en venganza de lo que Drácula les hizo acusándolos de haber ayudado a dar muerte a su hermano Mircea, y de la matanza que hizo de húngaros y transilvanos por ello.

La segunda versión dice que al haberse vestido con ropajes de militar otomano para infiltrarse en las filas del enemigo y estudiar su estrategia, fue atacado por sus propios hombres dándole muerte.

La tercera explica que los otomanos pagaron a un hombre para que se infiltrara en las tropas de Drácula, y le diera muerte en cuanto tuviera oportunidad.

Una cuarta versión explica que la muerte de Drácula fue obra de los otomanos y de Basarab Laiota, quien subió al trono valaco después de la muerte de Drácula.

Se dice que fue enterrado en Snagov, pero ahí no están sus restos, por lo que podemos afirmar que la vida de Drácula, entre prisiones y tronos, en batallas y provocando el terror de sus enemigos, habiendo tenido una extensa propaganda de su crueldad y luchando por la defensa de una religión, le da al personaje real todo un velo obscuro que terminó con el misterio del destino de su cuerpo.
Si bien varias fuentes comentan que su cabeza fue enviada al sultán otomano, su cuerpo no se encuentra en donde se explica que fue enterrado.

Sin duda, la verdadera vida de Drácula fue muy apasionante.

El trono de Valaquia pasó a manos de Basarab Laiota a la muerte de Drácula.
Pero Basarab tuvo que enfrentar a otro Basarab, Basarab Tepelus, es decir, el pequeño empalador.

Aunque Basarab Laiota tuvo el apoyo otomano para subir al trono, Basarab Tepelus también consiguió el apoyo otomano, y ganó la batalla a Laiota, manteniendo el trono de Valaquia hasta 1482.

Es decir, que hubo dos empaladores en el trono de Valaquia.

Primero Drácula en 1448, 1456 a 1462, y en 1476. El segundo fue Basarab Tepelus, en conflictos con Basarab Laiota desde 1477, pero luego apoderándose del trono y manteniéndose ahí hasta 1482.


La familia de Drácula tuvo una larga tradición en el trono de Valaquia.

El abuelo de Drácula, Mircea el viejo, gobernó Valaquia de 1368 a 1418.
El padre de Drácula, Vlad Dracul, había estado en el trono de Valaquia de 1436 a 1442, y luego de 1443 a 1447.
Drácula lo consiguió en 1448, de 1456 a 1462, y en 1476.
Radu el Hermoso, hermano de Drácula, gobernó Valaquia de 1462 a 1475.
Otro hermano de Drácula, llamado Vlad también, gobernó Valaquia un breve periodo en 1481, y luego de 1482 a 1495.
La descendencia de Drácula gobernó Valaquia por mucho tiempo.

Su hijo Mihnea gobernó Valaquia en 1508, y luego de 1509 a 1510.
Su nieto Mihnea II cogobernó Valaquia de 1509 a 1510.
Su bisnieto Petru gobernó Moldavia de 1574 a 1577, de 1578 a 1579, y de 1582 a 1591
Su bisnieto Alexandru II gobernó Valaquia de 1574 a 1577.
Minhea II, hijo de Alexandru II gobernó de 1577 a 1583, y de 1585 a 1591
Radu Mihnea, hijo de Mihnea II, gobernó Valaquia de 1601 a 1602, en 1611, de 1611 a 1616, y de 1620 a 1623.
También gobernó Moldavia de 1623 a 1626.
Alexandru, hijo de Radu Mihnea, gobernó Valaquia de 1623 a 1627, y gobernó Moldavia de 1629 a 1630.
Mihail Radu, hijo también de Radu Mihnea, gobernó Valaquia de 1658 a 1659.


La crueldad que se necesita para empalar a miles de personas fue una característica de Drácula, aunque como ya se trato de explicar, eran enemigos de su patria o de su religión.
El empalamiento no fue un invento de él, ya que este castigo lo aprendió de los otomanos en sus años de prisión.

No hay registros serios de que bebiera la sangre de sus víctimas.

Los grabados alemanes que lo muestran comiendo frente a los empalados deben entenderse no únicamente como retratos, sino también como la propaganda negativa que el imperio húngaro y los sajones decidieron hacer de Drácula. Si hoy vemos la caricatura de algún político o Secretario de Estado con colmillos y bebiendo sangre de los contribuyentes, ojalá no vaya a suceder que en cuatrocientos años vayan a afirmar que así se cobraban los impuestos, chupango sangre. No se debe dar siempre por serio y formal la manera en que los enemigos hagan un grabado de su oponente, pues sino los caricaturistas serían los mejores biógrafos. Y no todos los grabados deben tomarse por fotografías de algo real, ya que de hacerlo, entonces en México deberíamos pensar que los grabados de calaveras de Guadalupe Posadas no son más que retratos de un ser existente y real.

Un grabado de Drácula hecho por sus enemigos comiendo y bebiendo sangre frente a los empalados, debería entenderse más como una campaña de desprestigio antes que como una verdad científica de sus costumbres alimenticias.

Él practicó demasiados empalamientos, aterrando a sus enemigos y a sus aliados. Pero también aprovechó ese terror como arma para lograr su objetivo, defender su patria y su fe.
Y en nuestro tiempo sabemos muy bien que el pequeño y débil puede hacer tambalear al grande fuerte por medio del terror.

Y como ya vimos en el caso de Drácula, sin recibir apoyo firme de sus vecinos cristianos, y con una permanente amenaza otomana al otro lado del río Danubio que lo superaba en número, Drácula tuvo que manejar diferentes estrategias para salir victorioso, y el terror fue una de las más efectivas.

Hoy en día, en Rumania se reconoce a Drácula como héroe, y con toda razón, pues sostuvo la existencia de su estado luchando con muchos medios por su causa.

Para terminar esta exposición, nos despedimos invitando al público lector aque visite la Sala de Rumania en el Museo Nacional de las Culturas, para que conozco más de aquel país en donde sucedieron parte de los hechos relacionados al Drácula histórico, y si profundiza más en el pueblo rumano, encontrará una enorme serie de agradables coincidencias entre México y Rumania, hermanados por la latinidad.